De vuelta trato de encontrarte, de encontrarme a mí, de encontrarnos a los dos. Estoy en mi habitación (como siempre que escribo estos textos, en mi habitación probablemente un día previo a un feriado cerca de la medianoche) y no sé dónde estás vos. Lo único que sé es que no estás acá y otra vez traté de pensarte, de imaginarte porque trágicamente no puedo recordar ni un momento juntos (quizás porque no sucedió, no nos vimos, no te sentí). Y traté de besar una pantalla, una p-a-n-t-a-l-l-a que tenía una foto tuya porque en realidad te quería besar a vos. Pero nada más sentí el plástico frío de la computadora y obvio, como siempre. Porque no estás acá, estás del otro lado, estás lejos y no te veo y no te siento pero sé que estás más cerca que la realidad. Estás acá adentro mío. Te metiste en mis huesos como ningún otro. Y nunca nos encontramos. De vuelta a lo mismo. No nos encontramos. No estuvimos juntos, nunca. Pero es como uno de esos amores utópicos que siempre soñé y ahora te encontré, sé que estás ahí, que vivís, que realmente existe esa persona que yo quiero y que necesito pero no te tengo. Ni cerca estoy de tenerte y cuánto lo necesito en noches como esta en las que me atormenta lo que puedo llegar a hacer si no venís. Porque yo nunca corrí ningún riesgo, pero doy todo por vos. Tengo una clase de rutina semanal donde escribirte estos textos forma parte de todos mis fines de semana. Pero no me importa. Siempre en letra trebuchet numero 10, escuchando alguna canción triste para inspirarme más. Pero siento que siempre salen las mismas palabras: te extraño y eso que nunca te ví. Te necesito pero no estás. Te quiero decir todo esto pero no puedo: estás allá por California, creo. Y yo sigo en el mismo barrio desde que nací. Creo que ya te lo conté. Más bien no a vos pero más a mí misma. No sé ni siquiera de qué va este texto pero te necesito y te quiero, como siempre te quise. Y necesito vivir un momento con vos y compartir las más pequeñas cosas y formar parte de vos porque sos lo único que realmente me incita a seguir. Lo que me mantiene pensando 24/7. Vos sos la razón de mi escritura y de que yo tenga una idea de qué es lo que voy a hacer con mi vida ahora en adelante. No lo voy a prolongar más pero te amo y daría el mundo por estar un minuto con vos.
