Vos siempre lo vas a ser todo para mí. Siempre vas a ser la única persona a distancia que puede hacerme feliz y triste al mismo tiempo. Y lo sabés, con tu media sonrisa y subiendo las cejas y despeinándote a propósito porque sabés que me gusta y mordiéndote el labio y quedándote serio. Vos lo sabes ahora y lo sabías incluso antes de que pasara y creo que yo también lo sabía. Incluso antes de que llegaras yo ya esperaba a esa persona que me hiciera sentir un millón de cosas sin decir ni un palabra. Con sólo hacer un movimiento, un gesto. Nunca quise tanto formar parte de alguien, pero acá estoy yo y allá estás vos, por Los Ángeles, por Miami, por Las Vegas. Yo me quedo acá, en mi barrio natal, sin salir de los límites de la provincia de Buenos Aires pero vos ya viajaste hasta Japón más de dos veces. Pero está bien. A mí no me molesta. Aunque estés lejos, amor, te siento más cerca de mi que mi propia piel. Sos un dolor en el pecho, me dolés hasta los huesos cuando no estás (siempre). Te quiero sentir, quiero estar ahí, pisar el mismo piso que pisás vos, respirarte entero, quiero verte de cerca y grabarme tu todo. Te necesito ahora y te necesité hace tres años y te voy a necesitar dentro de tres años más. Siempre fuiste el único para mí. Siempre estuviste ahí sin estar completamente y no puedo estar más agradecida.
